Desde el inicio de nuestra existencia, los seres humanos hemos evolucionado en estrecha relación con la naturaleza. No solo éramos parte de ella en un sentido físico, sino que nuestra identidad y cultura también se forjaron en ese entorno durante miles de años. Sin embargo, con el crecimiento de las ciudades, nos hemos alejado de estos espacios esenciales. Aun así, nuestra necesidad de contacto con la flora y la fauna sigue siendo vital para el bienestar.

Estudios de National Geographic y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han demostrado que estar en espacios verdes (parques, bosques, montañas) y azules (cerca de océanos, lagos y ríos) tiene un impacto positivo en la salud física y mental. El contacto con la naturaleza reduce el estrés, fomenta la actividad física y mejora el estado de ánimo.

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Un concepto clave en esta relación es la hipótesis de la biofilia, que sostiene que los humanos tenemos un deseo innato de conectar con la naturaleza. Nuestros sentidos reaccionan positivamente a los olores, sonidos y paisajes naturales, generando una sensación de calma. Además, estos entornos reducen los estímulos negativos de la vida urbana, como el ruido del tráfico y el ritmo acelerado del día a día.

Aunque muchas personas asocian la naturaleza con destinos remotos, cada vez más ciudades están incorporando áreas naturales en su planificación. Desde parques y senderos hasta infraestructura verde, estas iniciativas buscan mejorar la calidad de vida en entornos urbanos.

El acceso a estos espacios fomenta hábitos más saludables y ayuda a reducir el riesgo de enfermedades como la obesidad y los trastornos cardiovasculares. También promueve la relajación y la concentración, permitiendo momentos de desconexión del estrés cotidiano.

Hace un siglo, los planificadores urbanos comenzaron a incluir parques y sistemas de tratamiento de aguas para mejorar la salud pública. Hoy, el reto es avanzar hacia modelos de desarrollo sostenible que integren la naturaleza en el entorno construido.

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En Colombia, Serena del Mar es un claro ejemplo de urbanismo en armonía con la naturaleza. Desde su planeación, ha priorizado la sostenibilidad y la conservación del entorno. A través de Aliat, su empresa de servicios públicos, ha implementado sistemas de tratamiento de aguas residuales para su reúso, promoviendo una gestión eficiente del recurso hídrico. Además, se fomenta el manejo adecuado de residuos y el uso de energía solar en proyectos clave como el Edificio de la Universidad de los Andes y el Hospital Serena del Mar.

Con un 51% de su territorio conformado por áreas naturales, Serena del Mar combina cuerpos de agua rehabilitados y zonas verdes que no solo embellecen el paisaje, sino que también garantizan una mejor calidad de vida para sus residentes. Estos espacios permiten disfrutar de la naturaleza sin salir de la ciudad, promoviendo un estilo de vida saludable y en armonía con el entorno.

Si deseas conocer más sobre cómo Serena del Mar está redefiniendo la relación entre urbanismo y naturaleza, te invitamos a visitarnos en el kilómetro 8 de la Vía al Mar en Cartagena. Descubre un desarrollo planeado para la sostenibilidad y el bienestar de su comunidad.

Referencias: