Diferencias entre el crédito hipotecario y el leasing habitacional

Tener vivienda propia es sinónimo de seguridad, de estabilidad financiera y de futuro. Adquirir un inmueble definitivamente es una buena decisión, pero antes debes tener la información adecuada para que el proceso sea un poco más sencillo y, al final, quedes satisfecho con tu elección. Comprar la casa de tus sueños es posible, incluso si no tienes el costo total de la propiedad, de hecho muy pocas personas tienen la capacidad económica para pagar completamente el valor del inmueble y la mayoría debe recurrir a opciones de financiamiento, como el crédito hipotecario o el leasing habitacional.

Estos tipos de crédito son productos que ofrece el mercado financiero, están regulados por la ley 546 de 1999, en la que se define la Ley de Vivienda y los planes de financiamiento de los inmuebles en Colombia, y facilitan la materialización del sueño de comprar de vivienda, bien sea nueva, usada o sobre planos. Para identificar cuál es la opción que se adapta a tus necesidades puntuales, te contamos sus principales características:

Crédito hipotecario

Es la alternativa más común a la hora de financiar un inmueble, el dinero desembolsado se utiliza exclusivamente para la compra de una casa nueva o usada, la construcción de una unidad habitacional o mejoramiento de la vivienda.

Consiste en que el comprador paga la cuota inicial, es decir el 30% del valor total de una vivienda, y la entidad bancaria financia el resto. El inmueble queda a nombre del comprador y, como justamente es un hipoteca, la vivienda es la garantía misma en caso de incumplir con las cuotas pactadas.

Estas cuotas son mensuales, se deberán pagar hasta quedar a paz y salvo con el banco y el valor depende del monto solicitado, las tasas de interés de créditos hipotecarios del mercado, la calificación de crédito del usuario frente al banco y el plazo en el que se tomará el crédito.

  • El inmueble queda a tu nombre desde el primer momento.
  • El plazo del crédito oscila entre los 5 y 30 años.
  • Debes comprobar que cuentas con ingresos adecuados a la deuda que se va a adquirir y tener un ahorro inicial.
  • La entidad financia máximo un 70% del valor de la vivienda. Debes encargarte del 30% restante. En el caso de vivienda VIS, algunas entidades financian hasta el 80% del valor del inmueble.
  • Puedes utilizarlo para cualquier tipo de vivienda: VIP, VIS o No VIS.
  • Los créditos pueden estar en pesos, o en UVR (unidades de valor real). Es posible cambiar de sistema de UVR a pesos y viceversa.
  • Puedes presentarte al estudio del crédito con una persona de tu grupo familiar. Esto permite, con la sumatoria de los ingresos, obtener una mayor capacidad de endeudamiento.
  • El pago de la primera cuota inicial no puede ser mayor al 30% de los ingresos familiares mensuales.
  • Debes encargarte de los seguros obligatorios (incendio y terremoto), del pago de impuesto predial y los gastos que surjan.

Leasing habitacional

No es tan conocido como el crédito hipotecario pero igual de eficiente a la hora de tener casa propia. Funciona así: Buscas el inmueble dónde quieres vivir y la entidad financiera lo compra. Luego, el banco te hace entrega de la vivienda y tú le pagas un arriendo al banco por el tiempo establecido en el contrato. Al finalizar dicho periodo, el banco te da la opción de elegir si comprar el inmueble, renovar el contrato, ceder el derecho a un tercero o devolverlo.

En esta modalidad, entonces, hay dos figuras importantes: locador y locatario. Locador es el dueño del inmueble (banco) y quien recibe el dinero del arriendo, y locatario es quien usa el inmueble y paga la suma establecida por utilizar el bien.

  • No es tu inmueble, al menos hasta el final del contrato si decides ejercer la opción de compra, mientras tanto eres el arrendatario de la vivienda.
  • Solo aplica para proyectos No Vis.
  • Los créditos pueden estar en pesos o en UVR (unidades de valor real). El plazo en pesos oscilará entre los 5 y los 20 años. El plazo en UVR estará entre los 5 y los 30 años.
  • No requiere pago de cuota inicial.
  • Ofrece tasas de interés más bajas dado que son transacciones exentas de renta para las entidades financieras.
  • Existen dos tipos de leasing habitacional: el leasing familiar y el no familiar. La diferencia, es que en el familiar no puedes subarrendar la vivienda.
  • Eliges el tamaño de la opción de compra. Una mayor opción de compra implica una menor cuota mensual, pero más dinero a pagar al final del plazo.
  • Además de pagar el canon mensual, deberás costear los seguros obligatorios (incendio y terremoto) y otros como: impuestos, administración, servicios, etc.

¿Cuál es la mejor opción?

No existe una modalidad mejor que otra y porque a alguien le fue mejor con una de las dos opciones no significa que tu caso sea el mismo, todo depende de tu estilo de vida, gastos actuales, capacidad de pago, estabilidad laboral, y la suma de estos factores determinarán que opción es más favorable para tu momento particular.

Lo importante antes de definir la alternativa que más te conviene es analizar tu presupuesto, para evitarte dolores de cabeza futuros y, en cambio, poder gozar de ese nuevo hogar que adquiriste con tanto esfuerzo.

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