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Consejos para dejar de aplazar tus tareas

“Mañana lo hago”, “no tengo tiempo”, “acaba de surgir esto otro” o “aún tengo plazo” son algunas excusas que todos decimos en ciertos momentos para postergar una tarea, una llamada, o lo que sea, lo cierto es que luego terminamos haciéndola a último minuto, en medio de desorden y estrés. Seguramente has escuchado la frase “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, pero ¿qué tanto la aplicas? Si la respuesta es “muy poco” quiere decir que estás procrastinando, un problema al que todos nos hemos enfrentado en algún momento de la vida.

Procrastinar es el hábito de aplazar actividades importantes y remplazarlas por otras irrelevantes o placenteras, lo hacemos a pesar de que somos conscientes de que es una mala idea y de que eso nos traerá consecuencias futuras ¿Por qué?
No se trata de pereza u holgazanería, se debe a que valoramos más el bienestar presente y el estado de ánimo inmediato, de esta forma se dilatan los deberes, sobre todo si son tareas desagradables o que generan incomodidad, es decir, aplazamos el trabajo que debe entregarse luego para tener tiempo hoy, y después lo hacemos ya cuando no tenemos margen de error.
Algunos académicos han señalado incluso que existe una razón fisiológica en la que el sistema límbico (área del placer en el cerebro) y la corteza prefrontal (donde se planifican actividades) tienen una lucha que termina ganando el sistema límbico y, por eso, preferimos la tarea placentera y el corto plazo, aún sabiendo que podemos perjudicar nuestro futuro y, luego, sentir estrés, ansiedad o culpa.
Otras investigaciones han evidenciado que a nivel neuronal, percibimos nuestro yo del futuro como extraños, por lo cuál tendemos a pensar, que esa tarea que hoy posponemos será problema de alguien más.
¿Por qué procrastinamos?

  • Por miedo al fracaso.
  • Por dificultad para concentrarse en una tarea.
  • Por creer que trabaja bien bajo presión y sentir que es capaz de hacer todo a último minuto.
  • Por necesidad de estar en el estado de ánimo adecuado.
  • Por indecisión.
  • Por falta de descanso apropiado.
  • Por falta de motivación.

¿Qué consecuencias nos puede traer?
La procrastinación puede parecer la salida más fácil y la solución a todos los males a corto plazo, pero a largo plazo sus consecuencias pueden interferir en la vida diaria de la persona.

  • Niveles de ansiedad altos.
  • Aumento de estrés por acumulación de trabajo.
  • Disminución de la autoconfianza.
  • Hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
  • Sensación de pérdida de tiempo.
  • Perder grandes oportunidades laborales o académicas.
  • Afectar nuestro rendimiento en el trabajo o estudio.
  • Menor productividad.

Ya tenemos claro que procrastinar no es ser perezoso, que todos en algún momento de la vida podemos tener esta conducta y que si no intentamos controlarla puede traernos muchos problemas, pero ¿Cómo hacerlo?

A continuación te damos algunos consejos para que puedas dejar de procrastinar y aprovechar el tiempo de mejor manera:

  • ¿Por qué estás procrastinando? El primer paso es aceptar el problema y empezar a buscar una solución. ¿No te gusta lo que haces? ¿No entiendes cómo lo tienes que hacer? ¿Eres muy perfeccionista? ¿Te da miedo no cumplir con las expectativas? Resuelve todas las dudas necesarias para identificar por qué procrastinas en ciertas labores y en otras no.
  • Todo es un balance. Ten en cuenta que debes terminar una labor, pero que es más fácil terminarla si tomas breves intervalos de descanso para evitar el desgaste visual y para reactivar mente y cuerpo. Asimismo, recuerda que cuando acabes tus tareas tendrás tiempo libre para ti. Es fundamental, también, aparte de cumplir con las responsabilidades hacer las actividades que te gustan.
  • Organiza tu tiempo. El orden hace que todo parezca más sencillo, así que clarifica tus tareas pendientes, ponles fecha y hora. Plantearnos límites de tiempo nos permite estar motivados al cumplir con las tareas.
  • Gestiona la energía. Analiza a qué horas o en qué momentos tienes más energía o eres más productivo. Para tener más de esos momentos descansa los suficiente, aliméntate bien y ejercítate.
  • Encuentra un espacio apropiado. Elige un lugar en el que te sientas completamente cómodo, en el que cuentes con todos los elementos necesarios para llevar a cabo la tarea, depende de cada persona si ese espacio es una oficina, sin ruido y alejada o un parque, un café o una playa.
  • Cuestión de prioridades. Procrastinar implica hacer labores que en teoría son menos importantes que otras, la recomendación siempre será ejecutar de primeras aquellas labores que parecen más complicadas o que llevan más tiempo realizarlas, de esta forma y una vez las culmines te quitarás un gran peso.
  • Fuera distracciones. Durante el tiempo que estés realizando la tarea debes disminuir al máximo la posibilidad de distracciones y retomarlas en los tiempos de descanso, hablamos del celular, televisión, redes sociales, entre otras.
  • Enfócate en la recompensa. Puedes auto premiarte cada vez que terminas una tarea importante o simplemente concéntrate en los beneficios que obtendrás una vez la entregues terminada.

Todo es cuestión de predisposición, si piensas en todo lo que tienes que hacer y entregar, y te quedas ahí, no serás capaz de resolver, solo hazlo, da el primer paso y verás que poco a poco y sin procrastinar lograrás culminar todo y tendrás tiempo para hacer esas otras actividades placenteras, incluso, le podrías coger gusto a aquella que antes te generaba incomodidad.