Cableado subterráneo para ciudades más limpias - Serena del Mar

En todo el mundo, las ciudades están evolucionando hacia modelos urbanos más sostenibles, conectados e integrados a la naturaleza. Bajo esa visión de futuro, la idea de la “ciudad inteligente” ha cobrado fuerza: un enfoque que prioriza la calidad de vida de las personas sin sacrificar el entorno. Aunque este concepto suele asociarse con avances como la inteligencia artificial o los sistemas automatizados, también incluye transformaciones menos visibles, pero igual de significativas. Una de ellas es el cableado subterráneo.

Esta técnica consiste en instalar los cables de energía eléctrica, telecomunicaciones y TV por cable bajo tierra, en lugar de hacerlo a través de postes elevados. El llamado “soterramiento del cableado” ofrece múltiples beneficios, tanto funcionales como estéticos. El más evidente es la mejora en el paisaje urbano: al eliminar los cables aéreos, se reduce la contaminación visual y se favorece una relación más armónica con el entorno natural. Esto se vuelve especialmente valioso en zonas residenciales, parques y senderos peatonales, donde los espacios se disfrutan más cuando no hay elementos que interrumpan la vista.

Desde el punto de vista de la seguridad, el cableado subterráneo también representa una mejora sustancial. Al estar protegido bajo tierra, queda fuera del alcance de factores como el viento, los rayos, la caída de árboles o los accidentes con vehículos, lo que reduce los cortes de energía y los riesgos de electrocución. Además, los cables tienen una vida útil más prolongada, requieren menos mantenimiento y permiten una organización más eficiente.

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Aunque no es una idea reciente, cada vez más ciudades la adoptan como parte de sus estrategias de sostenibilidad. En París y Singapur, esta solución ya está ampliamente implementada, permitiendo una experiencia urbana más limpia y funcional. En Nueva York, por ejemplo, gran parte de Manhattan ya cuenta con cableado subterráneo, luego de que un incendio en 1888, provocado en parte por cables aéreos, impulsara una legislación para trasladarlos al subsuelo. Finlandia, por su parte, avanza con metas ambiciosas: el operador Elenia espera que el 75 % de su red esté soterrada para 2028, en respuesta a los desafíos del cambio climático y con una apuesta por reducir costos a largo plazo.

En Sudamérica, esta tendencia también gana terreno. Un ejemplo destacado es Serena del Mar, un desarrollo urbano ubicado en la costa Caribe de Colombia, donde el cableado subterráneo es una realidad en todo su territorio. Al recorrer sus calles, resalta la ausencia de postes o cables visibles, lo que contribuye a un entorno visualmente limpio, seguro y en armonía con el paisaje natural que caracteriza esta zona del país.

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Esta intervención, que a menudo pasa desapercibida, tiene un impacto directo en la calidad de vida de quienes habitan o visitan Serena del Mar. Refleja, además, el compromiso del proyecto con un modelo de desarrollo sostenible, en el que la tecnología y la planificación urbana trabajan juntas para construir una ciudad pensada para el futuro. Iniciativas como esta se suman a otras que ya hacen parte del proyecto, como el tratamiento de aguas residuales, el uso de energía solar y la protección de zonas verdes, para consolidar un entorno urbano más funcional, responsable e integrado a la naturaleza.

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Referencias: