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Invertir en Colombia desde el extranjero es una decisión cada vez más común. Para muchos colombianos que viven fuera del país, y también para extranjeros con vínculos personales o culturales, la vivienda se ha convertido en una forma de mantener raíces, proyectar el futuro y diversificar su patrimonio.

Una de las razones es clara. Mientras en países como Estados Unidos o España los precios de la vivienda continúan en aumento, en Colombia aún existen oportunidades competitivas. De acuerdo con BBVA Research, cerca del 70% de las viviendas disponibles en el país tienen un valor inferior a los USD 75.000, lo que hace que el mercado resulte especialmente atractivo para quienes buscan invertir con visión de largo plazo.

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Este interés ya se refleja en las cifras. Según datos del sector inmobiliario, el 7,3% de las ventas de vivienda en proyectos corresponden a compradores no residentes. De ese total, el 4,7% son colombianos que viven en el exterior y el 2,5% extranjeros, principalmente interesados en proyectos No VIS, donde la participación de compradores internacionales alcanza cerca del 15 % (Portafolio, 2025). Ciudades como Bogotá, Medellín y regiones como la Costa Caribe concentran gran parte de esta tendencia (Infobae, 2024).

Más allá de los números, las motivaciones son diversas. Algunos compradores buscan una vivienda para regresar en el futuro o jubilarse, otros ven en Colombia una oportunidad para arrendar o invertir en zonas con crecimiento sostenido. En todos los casos, el país ofrece un equilibrio difícil de encontrar en otros mercados entre precio, ubicación y proyección.

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En este contexto, Serena del Mar se conecta de manera natural con estas dinámicas. Mientras los proyectos de primera vivienda suelen ser adquiridos por cartageneros y personas que se relocalizan por trabajo, quienes viven en el exterior encuentran en La Ciudad Soñada una opción para invertir en un entorno planeado, con infraestructura, servicios y visión de largo plazo. Estados Unidos, España y Canadá lideran el origen de estos compradores, en su mayoría personas con algún vínculo familiar o emocional con Colombia.

En un mundo cada vez más global, invertir en Colombia desde el extranjero ya no es una excepción. Es una decisión estratégica que combina raíces, oportunidad y futuro, en ciudades que están pensadas para crecer de forma ordenada y sostenible.

Referencias